Desastres sanitarios y progresos en Medicina

Muchas de las catƔstrofes sanitarias que se han vivido en otros tiempos han hecho que la Medicina avanzara de forma considerable.

Las guerras, especialmente las últimas guerras mundiales, consiguieron mejorar las técnicas de cirugía, el tratamiento de las infecciones quirúrgicas o perfeccionaron la anestesia general.

El SIDA, producido por el VIH, y que también fue una pandemia, consiguió que se profundizara en el conocimiento del sistema inmune y, por otro lado, en el desarrollo de fÔrmacos antivirales altamente eficaces para controlar o tratar algunas infecciones víricas que anteriormente eran mortales. Por ejemplo, el propio SIDA o la hepatitis C. La primera todavía no se cura, pero se controla muy bien con los fÔrmacos antivirales que tenemos; la segunda, se cura completamente, hasta el punto de que hoy en día la erradicación de esta infección es un objetivo que se puede alcanzar.

El desarrollo tan espectacular que ha tenido en los últimos años la terapia contra el cÔncer, en buena parte es una consecuencia del conocimiento adquirido sobre el sistema inmune, inicialmente promovido por las investigaciones sobre el VIH. Hoy día, se dispone de una nueva terapia, la inmunoterapia contra el cÔncer, que estÔ permitiendo conseguir resultados espectaculares en algunos tipos de cÔncer para los que anteriormente había muy malas soluciones.

La pandemia de la COVID-19 todavĆ­a la estamos viviendo y es pronto para saber si la Medicina va a poder sacar algĆŗn provecho de este desastre sanitario.

Pero hay que pensar que sí, como hemos comprobado en las ocasiones que he comentado antes y, en mi opinión, creo que ya se estÔn viendo algunos aspectos interesantes.

De entrada, el desarrollo de las vacunas frente al coronavirus se ha hecho en un tiempo record de menos de un aƱo. Pensemos que hay vacunas que llevan aƱos en fase de desarrollo y todavƭa no estƔn listas o no son muy eficaces, como por ejemplo la vacuna contra la malaria. Si esta enfermedad tuviera el mismo impacto social que la COVID-19, y se le hubiera dedicado el mismo esfuerzo, probablemente hace mucho tiempo que hubiƩramos tenido una buena vacuna para ella y estarƭa ya erradicada.

Lo mÔs importante es que la situación actual de la COVID-19 ha demostrado claramente que es posible fabricar estas vacunas tan eficaces, sólo hay que proponérselo.

También se estÔn investigando ampliamente los mecanismos patogénicos a través de los cuales el coronavirus produce la enfermedad, y los avances que se produzcan en este campo permitirÔn algún día fabricar fÔrmacos o moléculas para combatir al propio coronavirus y probablemente también a otros virus.

Otro aspecto que ya estÔ dando bastante que hablar, y que va a seguir haciéndolo por la gran cantidad de personas afectadas (10% de los pacientes que han pasado la infección), es la COVID-19 persistente que ya vimos en el artículo anterior de este blog (pincha aquí).

En esta enfermedad los síntomas de cansancio importante, malestar general, dolor difuso, alteraciones del sueño, trastornos cognitivos o alteraciones del estado de Ônimo, estÔn indicando una afectación del sistema nervioso central, que en este caso se puede relacionar claramente con la infección por el coronavirus.

Este mecanismo patogénico que llamamos sensibilización central, hasta ahora no se le había dado demasiada importancia (a pesar de lo frecuente que es), y ahora, precisamente por la aparición de la COVID-19 persistente, no queda mÔs remedio que tenerlo en cuenta para explicar lo que les estÔ ocurriendo a estos enfermos.

En la sensibilización central no hay datos claros de una infección directa por el virus, pero sí de un proceso inflamatorio dentro del sistema nervioso central o neuroinflamación que explicaría los síntomas de la COVID-19 persistente.

Estos síntomas de la COVID-19 persistente son los mismos que presentan también los pacientes con encefalitis miÔlgica o síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia y algunos otros síndromes mÔs como la migraña crónica, síndrome del intestino irritable o sensibilidad química múltiple, entre los mÔs comunes, por lo que cabe deducir que los mecanismos patogénicos implicados son los mismos.

Esta catƔstrofe de la COVID-19 tendrƔ estos y esperemos que otros efectos positivos para el conjunto de la sociedad. Probablemente uno de los colectivos que se van a ver mƔs beneficiados son los pacientes con todo este tipo de sƭndromes, porque a partir de ahora se va a comprender mejor los mecanismos involucrados que estƔn produciendo los sƭntomas en estos pacientes.

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1 Comentario

  1. Saravergara

    Muy científico su investigación, no pierdo la esperanza Dr Rivera.

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