Fibromialgia: ¿una enfermedad autoinmune?

Durante todo el tiempo transcurrido desde el inicio de la pandemia no se ha dejado de investigar en fibromialgia y hay dos aspectos que han salido a la luz en los últimos meses que a mi juicio son de una gran relevancia.

Tengo que decir que no tienen una aplicación inmediata para los pacientes, pero van a abrir nuevas vías de conocimiento para entender mejor qué está ocurriendo en esta enfermedad y en otras parecidas.

El primero de ellos es un trabajo realizado en el laboratorio en el que se ha extraído sangre a pacientes con fibromialgia y se han purificado las inmunoglobulinas, es decir, los anticuerpos. A continuación, a un modelo experimental de fibromialgia compuesto por ratones -que ya ha sido probado anteriormente y sabemos que sirve para ver cómo funcionan los fármacos experimentales que posteriormente se aplicarán a los seres humanos-, se les han inyectado estos anticuerpos humanos. En un breve espacio de tiempo, los ratones desarrollan un cuadro clínico superponible a la fibromialgia, con hipersensibilidad para el dolor, apatía, fatiga, alteraciones del sueño y una situación general que se podría definir como síndrome depresivo.

Es decir, se ha producido una transferencia de la enfermedad desde los humanos a los ratones a través de los anticuerpos presentes en los pacientes con fibromialgia, lo que sugiere fuertemente que en la sangre de los pacientes con fibromialgia existe algo capaz de provocar la enfermedad.

La segunda línea de investigación la ha proporcionado el llamado COVID persistente (long COVID). Éste, es un cuadro clínico que aparece después de haber pasado el COVID, y sus síntomas principales consisten en cansancio, dolores articulares, falta de aire, alteraciones del sueño, ansiedad, trastornos cognitivos, alteraciones del olfato y mal estado de ánimo.

Como puede verse, es una sintomatología muy parecida a la de la fibromialgia e inicialmente se pensó que estos pacientes la habían desarrollado en el contexto del estrés agudo del COVID.

Nosotros hemos estudiado este cuadro en profundidad y hemos llegado a unas conclusiones algo diferentes y bastante esclarecedoras.

En primer lugar, el COVID persistente lo desarrollan igualmente los pacientes con fibromialgia y también pacientes con otras enfermedades reumáticas, por lo que no se trata de un cuadro que aparezca con más frecuencia entre los pacientes con fibromialgia, como cabría esperar por la mayor sensibilidad que tienen estos pacientes ante las situaciones de estrés.

En segundo lugar, los síntomas son prácticamente los mismos, aunque es cierto que con una intensidad mayor en los pacientes con fibromialgia. Es sabido que la comorbilidad entre fibromialgia y otras enfermedades  intensifica los síntomas de las enfermedades asociadas a la fibromialgia y en este estudio nos hemos encontrado la misma dinámica.

En tercer lugar, en los pacientes con fibromialgia que posteriormente desarrollaron un COVID persistente no se produjo un agravamiento de la fibromialgia, sino que se mantuvo la misma gravedad. Esto sugiere que los síntomas de ambas enfermedades pueden seguir caminos independientes.

Se sabe que la infección por el coronavirus es capaz de provocar una gran respuesta inmunológica con la aparición de múltiples anticuerpos contra diferentes proteínas del organismo. Algunos de estos anticuerpos también sabemos que tienen un papel patogénico en ciertas enfermedades autoinmunes poco frecuentes por lo que entra dentro de lo razonable pensar que los síntomas del COVID persistente podrían tener un origen autoinmune.

Como los síntomas del COVID persistente se parecen a los de la fibromialgia podemos llegar a la conclusión de que COVID persistente y fibromialgia, aunque son dos enfermedades distintas, podrían compartir mecanismos patogénicos parecidos.

Como se puede ver, los dos estudios descritos en este artículo caminan en la misma dirección y abren un nuevo horizonte en la investigación de la fibromialgia y síndromes relacionados. No obstante, hay que ser cautos en espera de que se produzcan nuevos hallazgos que confirmen estos interesantes descubrimientos.

 

 

 

 

También te puede interesar…

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *