Una buena oportunidad para tratar la obesidad

En la fibromialgia raramente aparece un fármaco que mejore sustancialmente a estos pacientes, y menos todavía un fármaco que los cure. Esto no va a ocurrir en tanto no sepamos cuáles son los mecanismos fisiopatológicos involucrados que nos permitan tratar directamente la raíz del problema y, desgraciadamente, este objetivo aún queda lejos. Por ello, cualquier avance en otros campos que se pueda aplicar directamente a los pacientes con fibromialgia hay que verlo como una oportunidad para mejorar algunas de las manifestaciones clínicas y debe ser bienvenido.

En general, la investigación en Medicina no avanza a la misma velocidad en todos los campos, sino que se van produciendo hallazgos puntuales que mejoran algunos problemas concretos que más tarde se pueden aplicar para el tratamiento de otras enfermedades. La Medicina actual está repleta de múltiples ejemplos de este tipo.

En los últimos años han aparecido varios fármacos para el tratamiento de la diabetes que reducen considerablemente el peso corporal mejorando así el metabolismo de la glucosa y el consiguiente control de la enfermedad. Cuando estos fármacos se aplicaron a pacientes obesos que no eran diabéticos se comprobó que reducían el peso corporal como no lo había hecho anteriormente ningún fármaco y que además disminuían de forma significativa la mortalidad por problemas cardiovasculares. Estos hallazgos desataron inmediatamente una ola de entusiasmo por parte de pacientes y médicos para tratar la obesidad, un problema cada vez más extendido entre la población occidental que hasta ahora había tenido una difícil solución. 

Estos fármacos –semaglutida, entre otros– se conocen como los agonistas específicos de los receptores del péptido 1 similar al glucagón, una hormona que interviene en el metabolismo de la glucosa y es responsable de producir la sensación de saciedad que reduce la ingesta de alimentos. En los sujetos no diabéticos se ha comprobado que por término medio reducen el peso corporal entre un 10% y un 15% en muy pocos meses.

Aunque no están exentos de efectos secundarios –como cualquier otro fármaco–, éstos parece que no son relevantes y permiten un uso bastante seguro de los mismos, lo cual es una ventaja añadida.

Si nos vamos al terreno de la fibromialgia, más de un 50 % de las pacientes presentan obesidad con sus consiguientes consecuencias negativas que conducen a un empeoramiento de su capacidad funcional y de su calidad de vida. 

Para un paciente obeso realizar ejercicio físico es mucho más difícil, cuando no imposible, por la fatiga y el dolor que desencadena el esfuerzo adicional que tienen que realizar. Sin embargo, el ejercicio físico es algo muy importante para mejorar la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia. 

La obesidad se acompaña también de un estado de inflamación crónica que aumenta los síntomas dolorosos de la fibromialgia debido a las sustancias químicas que se liberan en los procesos inflamatorios. La inflamación crónica a la larga produce un deterioro rápido del aparato cardiovascular con las consiguientes complicaciones añadidas.

Por otra parte, la sobrecarga de las articulaciones, músculos y ligamentos producida por el exceso de peso ocasiona un deterioro más rápido del aparato locomotor que se traduce en una frecuencia mayor de episodios de dolor por lesiones traumáticas asociadas, que a su vez contribuyen a perpetuar el dolor crónico característico de esta enfermedad.

Por último, la obesidad agrava la baja autoestima que presentan algunas pacientes. En la fibromialgia es necesario mantener intacta la voluntad del paciente para poder hacer frente a los múltiples retos que presenta y a las consecuencias que conlleva padecer esta enfermedad, y una baja autoestima no resulta nada favorable.

Aunque los nuevos fármacos para la obesidad no actúan directamente sobre los síntomas de la fibromialgia, pueden mejorar la calidad de vida de estas pacientes al disminuir varios de los problemas que acompañan a su enfermedad y que empeoran la situación. En mi opinión, creo que este tratamiento es la mejor oportunidad que le ha surgido al paciente con fibromialgia en los últimos años para mejorar su enfermedad, así que aprovechémosla.

¡Ah!, y no te olvides de seguir haciendo la dieta mediterránea.

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2 Comentarios

  1. Carlos Sidney Bodenham Gutiérrez

    Respecto a la obesidad derivada de la de la toma de medicamentos para el síndrome de piernas inquietas lleva asociado efectos secundarios entre los que se describe una necesidad incontrolable de comer como es mi caso que ha asociado al cansancio se traduce en un aumento de peso

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    • Dr. Javier Rivera

      La semaglutida disminuye el apetito de cualquier causa por lo que le vendría bien

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