Los números no describen cómo es una enfermedad, pero dicen mucho sobre su importancia y el impacto que produce en las personas que la sufren o en el terreno socio sanitario. En los últimos años hemos ido obteniendo varios datos sobre la fibromialgia y sus consecuencias que nos permiten dibujar un mapa bastante preciso. Veamos alguno de ellos.

Para empezar, la prevalencia en nuestra población es del 2,4%, es decir, en España existen más de un millón de enfermos con fibromialgia. En otros países la prevalencia es parecida a la nuestra, de lo que se deduce que tiene un comportamiento bastante homogéneo y afecta por igual a diferentes poblaciones. El 90% son mujeres, y la edad media del diagnóstico es de unos 47 años. No obstante, puede aparecer a cualquier edad, incluidos niños y mayores.

El impacto de la enfermedad y sus síntomas sobre la vida del paciente es importante y produce una mala calidad de vida. En comparación con otras enfermedades crónicas reumatológicas como la artritis reumatoide o la artrosis –que frecuentemente producen limitaciones físicas y funcionales–, los índices de calidad de vida son significativamente peores.

Las consultas por fibromialgia constituyen el 5% de las consultas en atención primaria y hasta el 20% de las consultas de reumatología.

El empleo de recursos sanitarios es elevado. En general, las consultas de cualquier tipo son cinco veces más frecuentes que en otros enfermos, pero es que las consultas a especialidades son hasta 15 veces más. Las pruebas diagnóstica también son el doble que en el resto de enfermos.

Para tratar la enfermedad, los pacientes con fibromialgia toman una media de 6 fármacos, mientras que el resto de los enfermos no llega a 3. Las terapias físicas son cuatro veces más frecuentes y se les practican también mayor número de cirugías, especialmente en aparato locomotor como, por ejemplo, el doble de prótesis de rodillas.

En el terreno laboral, los pacientes con fibromialgia están en activo un 57% de ellos y el 68% ha tenido una baja laboral en el último año con una duración media de 44 días. El 13% de los pacientes se encuentra en incapacidad laboral permanente (en comparación con el 23% en otros países).

Entre los motivos de abandono del trabajo, un 42% lo hizo voluntariamente, un 14% por despido y un 44% por haber conseguido una incapacidad permanente.

No hay buenos datos sobre cómo afecta la enfermedad a las personas que hacen el trabajo doméstico de su domicilio. 

Sumando todos los gastos económicos, el paciente con fibromialgia tiene un coste sanitario total de 10.000 euros al año. Esto supone el triple del resto de pacientes, el doble del que tienen las enfermedades reumáticas inflamatorias y está al mismo nivel que otras enfermedades crónicas prevalentes como la diabetes o el Alzheimer.  La parte más importante del coste total de la enfermedad, aproximadamente un 66%, es debido a la pérdida de jornadas laborales, mientras que el 33% es por el consumo de recursos sanitarios.

El tratamiento en las condiciones actuales consigue una mejoría clínicamente significativa en el 40% de los pacientes, con una reducción de un 15% de los pacientes graves y un aumento de otro 15% de los pacientes leves.

Por último, el tratamiento por reumatólogos especializados en fibromialgia supone una reducción del coste sanitario total de hasta un 14%. Esta cifra está calculada en condiciones de práctica clínica habitual, es decir, sin que se haya utilizado ninguna estrategia terapéutica especial como, por ejemplo, un tratamiento multidisciplinar coordinado en unidades especializadas.

Hoy día sabemos que el tratamiento multidisciplinar es la mejor opción terapéutica disponible, por lo que cabe suponer que una medida de este tipo podría reducir todavía más el gasto económico de la enfermedad.

Todos los datos estadísticos que se mencionan aquí están publicados en diferentes estudios de investigación que se encuentran al alcance de los responsables sanitarios interesados en mejorar la gestión de los recursos sanitarios disponibles y, de paso, la situación de los pacientes con fibromialgia. ¡Estamos hablando de una enfermedad que afecta al 2,4% de nuestra población!