Los fármacos “inofensivos”

(Pincha en el nombre del fármaco en negrita para ver la noticia)

En los dos artículos anteriores hemos hablado sobre los fármacos  peligrosos. Vamos a hablar ahora de los fármacos inofensivos.

En primer lugar, se dice que son inofensivos porque se toman con tanta frecuencia que se consideran como algo natural, como el café de la mañana o un refresco que nos hace sentir mejor. Por otra parte, también se piensa esto porque habitualmente no presentan efectos secundarios graves.

Me refiero concretamente a los analgésicos (paracetamol o metamizol) o a los antinflamatorios (ibuprofeno, diclofenaco o desketoprofeno, principalmente). Todos ellos se toman con la convicción de que son productos inofensivos, especialmente los dos primeros, y que se pueden tomar siempre y cuando se necesiten, a la dosis que sea y mezclando unos con otros. “Cuando tengo dolor, me tomo todo lo que pillo”, es una frase que oigo con frecuencia en la consulta.

También están los fármacos que han conseguido la etiqueta de protectores (omeprazol y otros afines para el estómago) o la de preventivos (calcio, vitamina D, polivitamínicos, minerales e incluso, los fármacos para el colesterol). Estas etiquetas les hace todavía más atractivos en el sentido de que como se considera que evitan problemas y enfermedades es como si no pudieran producir daño alguno.

Sin embargo, en los últimos tiempos hemos visto como algunos de estos fármacos han salido en los medios de comunicación al descubrirse efectos secundarios importantes asociados con su consumo y que no se habían descrito anteriormente.

Así, el metamizol, por ejemplo, aunque tiene un margen de seguridad bastante importante, no hay que olvidar que alguno de sus efectos secundarios son realmente serios. Esto ha conducido a que sea un fármaco no autorizado en 40 países.

Los efectos de los antinflamatorios sobre la tensión arterial, el riñón o el aparato cardio vascular, son sobradamente conocidos desde hace tiempo y producen problemas graves en personas que tomas otros fármacos para la tensión arterial. No hay que olvidar que el ibuoprofeno, el diclofenaco o el desketoprofeno aunque se tomen como analgésicos,  son en realidad fármacos antinflamatorios. Hay que saber también que la mezcla de antinflamatorios potencia los efectos perjudiciales de todos ellos.

El omeprazol y otros afines –llamados protectores de estómago– se han asociado con un aumento del riesgo de ictus, demencia y déficit de vitamina B6. En un estudio todavía más reciente también se ha comprobado un asociación con cáncer de esófago y de estómago.

Los suplementos de  calcio y otros mienrales, que en otra época se consideraban tan seguros, están empezando a relacionarse con cólicos de riñón y problemas cardiovasculares.

En fin, hasta el popular paracetamol –uno de los fármacos más consumidos en España– se ha comprobado que produce más efectos secundarios graves de lo esperado a nivel del hígado, riñón y aparato cardiovascular, con un claro aumento de la mortalidad entre los consumidores.

Como puedes ver después de estas noticias de la prensa, no parece que existan fármacos inofensivos. Tienes que tener claro que  cada vez que tomes cualquier tipo de fármacos debes ser muy consciente de los riesgos que corres. La cuestión principal que debes valorar es si el riesgo te merece la pena frente a los posibles beneficios que puedas obtener. En esto debes decir tú.

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