Recomendaciones sobre el diagnóstico

En este artículo hablaremos sobre este aspecto tan importante que es el diagnóstico de la fibromialgia, donde hacemos cinco recomendaciones claras e inequívocas.

La recomendación más importante es hacer el diagnóstico de fibromialgia en un paciente con dolor crónico músculo esquelético que presente otras manifestaciones clínicas sugestivas de la enfermedad. Aunque con esta recomendación somos conscientes de que puede producirse un exceso de diagnósticos en pacientes que realmente no tienen fibromialgia, es preferible establecer el diagnóstico y ver posteriormente la evolución del paciente para, con el tiempo, confirmar o rechazar el diagnóstico.

Por el contrario, no hacerlo supone poner al paciente en esa situación frecuente y tan bien conocida por muchas de ellas en la que van de una consulta a otra haciéndose múltiples pruebas, diagnósticos y tratamientos con el consiguiente riesgo de que resulten perjudiciales.

Para el médico consultor, aquellos pacientes que cumplen criterios internacionales de fibromialgia se recomienda establecer siempre el diagnóstico. La revisión de la literatura científica demuestra claramente que en estos pacientes se reducen los ingresos hospitalarios, las visitas médicas, las interconsultas a reumatología, el consumo de AINE y de otros fármacos no indicados, así como las pruebas diagnósticas innecesarias. Como cabe esperar, esto se traduce en una utilización mejor de los recursos sanitarios.

También recomendamos que nunca deje de establecerse el diagnóstico de fibromialgia pensando que esto pueda medicalizar, estigmatizar o perjudicar al paciente. Los estudios científicos que han abordado este aspecto han llegado a la conclusión de que en ningún caso se produce ese perjuicio para el paciente diagnosticado por lo que se recomienda no evitar el diagnóstico en aquellos pacientes que la tienen.

Además, una vez establecido el diagnóstico, es recomendable hablar con la paciente sobre los aspectos más relevantes de la fibromialgia y analizar con ella sus preocupaciones y expectativas con relación a su enfermedad. Se sabe que esta estrategia de información y comunicación con la paciente mejora su calidad de vida, estado de ánimo, contribuye a legitimar los síntomas que presenta, a conseguir mayor autoestima y seguridad en sí misma para desenvolverse mejor en su entorno laboral y socio-familiar, además de corregir sus ideas erróneas y evitar el miedo a padecer otro tipo de enfermedad.

Por último, se recomienda a los médicos que tengan en cuenta que los pacientes con fibromialgia no son inmunes a padecer cualquier otra enfermedad. De hecho, la fibromialgia se presenta con mucha frecuencia asociada a otras enfermedades y siempre hay que tratar de diferenciar los síntomas que presenta el paciente y no achacarlos todos ellos a la fibromialgia.

De todas las recomendaciones que hemos elaborado en la Sociedad Española de Reumatología, estas sobre el diagnóstico de la fibromialgia me parecen especialmente importantes porque el diagnóstico es el punto de partida de cualquier proceso terapéutico. Sin el diagnóstico de fibromialgia no hay enfermedad y por tanto no se puede iniciar el tratamiento o, al menos, el tratamiento correcto que pueda mejorar la vida del paciente.

(Las recomendaciones completas pueden encontrarse en la pagina de la Sociedad Española de Reumatología www.ser.es)

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